03 julio 2014

The remains of the day (Kazuo Ishiguro)

Un buen mayordomo es aquel que dedica su vida al trabajo, aquel para el que no existe nada más allá del cumplimiento de sus obligaciones. Por eso, cuando Stevens, el mayordomo de Darlington Hall nos habla de su padre,  mayordomo a su vez y con quien mantiene un trato distante,  y quiere definirlo,  lo hace describiendo dos episodios en los que, a pesar de ser conflictivos porque de alguna forma rozan lo personal,  su padre actúa de manera totalmente profesional, anteponiendo su trabajo a sus propios sentimientos. Para Stevens es esa profesionalidad lo que define a su padre y lo que hace que le admire y por lo tanto esa profesionalidad es la que domina su vida. Porque Stevens vive por y para el trabajo hasta el extremo de que aunque su padre se esté muriendo o alguien a quien aprecia esté llorando si tiene trabajo ni se plantea el dedicarles dos minutos, y lo curioso es que tampoco se plantea que lo que hace no es lo más correcto.




Escrita por Kazuo Ishiguro en 1989 The remains of the day (Lo que queda del día o Los restos del día) se centra en la figura de Stevens, mayordomo en Darlington Hall, que ya casi al final de su carrera, trabajando para un estadounidense, Mr Farraday, emprende un viaje por la campiña inglesa para ponerse en contacto con Miss Kenton  una mujer que fue ama de llaves en Darlington Hall antes de casarse, para proponerle que vuelva a trabajar allí. Durante el viaje Stevens reflexiona sobre diversos temas (la dignidad, el cometido de los mayordomos, su relación con Miss Kenton) y nos va narrando episodios de la vida en Darlington Hall, cuando el dueño era Lord Darlington y entre sus muros se reunían personajes importantes de la política del momento y la mansión brillaba en todo su esplendor.

También nos va contando anécdotas sobre  la gente que se encuentra por el camino así como nos  va ofreciendo pinceladas del paisaje que se encuentra durante el viaje, pero la historia se centra sobre todo en sus reflexiones y Stevens, termina llegando a la conclusión de que uno no puede pretender vivir del pasado, por muy glorioso que este haya sido, sino que hay que vivir y  aprovechar lo que queda del día. Claro que para Stevens, vivir significa cumplir bien con sus obligaciones laborales, para él no cuenta ni el amor, ni la familia, porque su bienestar tan solo depende del bienestar de la persona para la que está trabajando.

Cuando uno lee The remains of the day se ve transportado por las letras a la campiña inglesa, a esos pueblos en medio de vastos campos de hierba, a un ambiente en el que los sentimientos se camuflan, de palabras correctas en cualquier situación, siempre guardando la compostura. Contrasta el hermetismo de Stevens con la capacidad de otros personajes de enfadarse o emocionarse, pero siempre sin levantar la voz, sin dejar de ser políticamente correcto. 

Un libro precioso, indeed.

Título: The remains of the day
Autor: Kazuo Ishiguro
Editorial: Faber & Faber
Pgs: 276
Isbn: 9780571249350

4 comentarios:

  1. He visto la película con Anthony Hopkins y Emma Thompson y me impresionó. Debe de ser muy trágico vivir con la mente puesta solamente en el trabajo. Más aún si al final uno se da cuenta de ello...

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  2. Ví la peli hace años. Debería verla de nuevo, pero antes me gustaría poder disfrutar de este libro.
    Besotes!!!

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  3. El libro está muy bien, Margari. Yo a ver si veo la peli algún día de estos, aunque soy muy poco de pelis.

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  4. No sé lo que me pasa últimamente que escribo comentarios aquí y en otros blogs y no aparecen. Lo vuelvo a intentar :)

    Agnieszka, al leer el libro a mí no me ha dado la impresión de que a Stevens le importe mucho haber dedicado su vida al trabajo. La peli no la he visto pero mientras leía el libro me imaginaba a los personajes como Anthony Hopkins y Emma Thompson :)

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