El lejano país de los estanques es la primera novela de Lorenzo Silva en la que aparecen Rubén Bevilacqua y Verónica Chamorro, la pareja de la guardia civil protagonista de unos cuantos libros más. Antes de esta había leído La marca del meridiano y El alquimista impaciente, y lo cierto es que me apetecía conocer a Vila y a Chamorro desde el principio, así que eso es lo que he hecho.
En un chalet de Mallorca, encuentran el cadaver desnudo de una joven colgado por las manos del techo y con marcas de bala en el cuello y la cabeza. La muerta, de procedencia austriaca, es Eva Heydrich, una joven espectacular que debido a su actitud liberal y su belleza no pasaba desapercibida. La resolución del crimen parece fácil, todo apunta a la ex-amante de Eva, las pruebas están bastante claras, así que desde Madrid le envían al sargento Vila para que ate los cabos que faltan. Pero nada es tan sencillo como parece y lo que estaba muy claro deja de estarlo.
Lo primero que tengo que decir es que da gusto leer a Lorenzo Silva porque lo hace con una soltura y fluidez que ya me gustaría a mí y va al grano. Está narrada en primera persona, lo que hace que la novela sea más negra y que te sientas mucho más identificado con todo y aunque no es de las que más me ha gustado, si tenemos en cuenta el crimen, sí que me ha parecido realmente interesante porque sienta las bases de la relación entre Rubén y Verónica. De hecho, yo diría que el crimen es secundario y que es una excusa para ir conociendo a los personajes, ver cómo son, cómo piensan y los lazos que van creando entre ellos. Porque al principio el sargento Bevilacqua desconfía de Chamorro porque es novata y no demasiado llamativa, y al final no solo le parece la compañera adecuada sino que le recuerda a Veronica Lake. Y a él le encanta Veronica Lake. Y aunque a mí lo de la tensión sexual casi siempre me sobra, aquí me ha parecido más pertinente, quizá más que en otros que he leído del autor.
Me gusta la forma que tiene de escribir, el darle a los diálogos ese toque tan castizo, el hacer del sargento Vila un hombre muy humano, que no se cree superior, que se deja llevar un poco por sus instintos, pero sin pasarse, que pasa vergüenza, que se equivoca y se da cuenta y se arrepiente. Tiene ese toque de detective de novela negra de negarse a acatar órdenes si sabe que el no hacerlo va a ayudarle a resolver el crimen. De seguir un hilo de investigación concreto a pesar de que le aconsejan que lo abandone. Y a su lado está Verónica Chamorro, a la que le gustan las estrellas, muy rígida al principio, pero que se va soltando poco a poco y va dejando que se establezca un poso de confianza entre los dos.
Quizá lo que menos me ha gustado es la resolución del crimen; en realidad me daba igual quién fuese el malo porque para mí lo importante no ha sido el crimen en sí, sino lo que ha supuesto para los personajes y su relación. Pero desde luego es de la que engancha, me ha durado un día, y de las que cuando acabas te deja con ganas de más.
Título: El lejano país de los estanques
Autor: Lorenzo SilvaEditorial: Destino
ISBN: 9788423344536 (epub)
Pgs: 256
Retos:Cruce de caminos Negro y Criminal; Autores de la A a la Z (S)
El otro día hablabas de leer las sagas (o series de detectives) en orden. Este es un claro ejemplo de lo contrario; fue la última de todas que he léido. Conocí a la pareja en El alquimista impaciente. Tiene una frescura que se va perdiendo; nada que ver el Vila de estas novelas con el de La marca del meridiano ¿La has leído?
ResponderEliminarEn cuanto al crimen, ... he llegado a la conclusión de que a Silva le gustan los crímenes o las historias de crímenes abigarradas.
He le ído La marca del meridiano, de hecho fue la primera novela de Lorenzo Silva que leí (me temo que yo lo del orden no lo llevo muy bien, aunque creo que es lo más adecuado). Me la regalaron y por ahí empecé, luego le siguieron El alquimista impaciente y esta. No tengo recuerdo de cómo es el Vila de La marca del meridiano, le echaré un vistazo para recordar. Me acuerdo de la trama, pero no de él especialmente. Sí que sé que en El alquimista impaciente me sobraba un poco la tensión sexual, y en este me ha parecido que estaba bien, por lo menos no me ha chirriado.
ResponderEliminarDel crimen... no sé. Me parece que le he prestado poca atención, en realidad me ha dado bastante igual quién era el culpable y la solución no sé si me ha convencido o no. Me ha parecido mucho más importante todo lo demás. Pero si, puede que tengas razón en lo del abigarramiento.